15.3.11
Terremotos y Nucleares
05.00 am. - Un nuevo día, una nueva sacudida. Es como un golpe seco seguido de vibraciones suaves y ondulantes bajo mi futón. Durante unos minutos me quedo sentado esperando que la intensidad no se incremente y me haga saltar hacia la puerta, el sitio más seguro de mi apartamento (aunque considero que todo el apartamento, debido a que es pequeño y no hay nada colgado, es bastante seguro). La vibración cesa, me vuelvo a recostar y me quedo unos minutos mirando al techo, en la oscuridad.
Ya hay circulación en las calles, y empieza a amanecer pero he dormido apenas 5 horas y me siento tan cansado.
Decido corroborar que realmente no ha sido nada, agarro el portatil, conecto con NHK, el Instituto meteorológico de Japón, Twitter, etc y confirmo mis sospechas. El epicentro ha sido la bahía de Tokio, en Odaiba. Dejo las noticias puestas ya que NHK, unos segundos antes de un terremoto, emite tres notas disonantes, bastantes perturbadoras por cierto, lo que te da tiempo a saltar a lugar seguro en caso de que sea algo gordo. Es como estar viendo un partido de fútbol, tu equipo va a marcar, ¡va a marcar! Te levantas y... ¡PUM! Va fuera, asi que te sientas otra vez y si estás con amigos comentas la jugada y si estás solo pues... hablas solo.
Consigo dormir 2 horas después hasta las 11 am. Me despierto con dolor de cabeza, confundido y lo primero que hago es pillar el móvil. Mis amigos más cercanos me informan de que ya están de camino a Osaka en Shinkansen y evidentemente, me recomiendan que haga lo mismo. Sigo el ritual higiénico habitual y preparo un par de mochilas. Mientras tanto, leo una noticia que me pone los pelos de punta. La embajada francesa informa de que en 10 horas la radiación llegará a Tokio. ¿?¿ ¡Pero en qué cabeza cabe semejante comunicado en las circunstancias en las que nos encontramos...! Indignado, llamo a Sakie, le pregunto acerca de dicha información ya que ella sigue la información en ese momento de NHK en japonés. Minutos más tarde, la embajada francesa retira el comunicado y diferentes medios confirman la inconsistencia de la información proporcionada por la embajada francesa. Merci.
En estos momentos, ya hemos comido y he ido a comprar algunas cosas. En las calles, la situación es normal, dentro de lo que cabe. Más mascarillas que de costumbre, aunque no me sorprende porque en Tokio, la mascarilla es algo habitual. Llevamos más de 6 horas sin réplicas, lo cual es buena señal y ayuda a mantener perspectiva.
Sigo considerando la posibilidad de dirigirme hacia Osaka o Kyoto, pero sin embargo, la familia de Sakie es un condicionante que ni ella ni yo podemos superar. Desde Tokio, en calma, un servidor.
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