11.4.11

La vida en japonés


Hoy hace un mes. A estas horas hace un mes había andado unos cuantos kilómetros debido a la parada del servicio de trenes y estaba con dos amigos comiéndome de forma bochornosa unos spaghettis en un restaurante italiano de Gakugei Daigaku. En ese día lo llamamos de forma cariñosa, "la última cena". En ese momento no éramos conscientes de cuanto iba a cambiar nuestra vida. Porque ya no es lo mismo, aunque queramos que lo sea, no puede ser como antes.

Hoy estaba en la biblioteca, estudiando japonés. A las 17:30 mas o menos he ido al servicio y mientras me lavaba las manos... otra vez, el vaivén, la sensación de mareo, de estar navegando de repente, las caras de incertidumbre, buscando un punto de referencia, algo que cuelgue del techo para ratificar que no es el cuerpo el que nos engaña, que realmente esto se está moviendo. Un chaval se lava las manos al lado mía, sonreímos y nos decimos: "Jeje, se mueve, sí, se mueve, otro terremoto." El hecho de actuar con semejante tranquilidad llegados a este punto, no me queda muy claro si es algo bueno o malo. No se si peco de descuidado y temerario o por el contrario estoy manteniendo la calma en un momento en el que si no la mantengo, me volvería loco (más de lo que ya estoy) y perdería la chabeta.

En cualquier caso, terremotos aparte, esos ya no son noticia, tenía intención, ya que se nos fastidió el "hanami" por la lluvia, de escribir acerca de algo que ocupa el 80% de mi vida diaria en estos momentos. El japonés.

Mi empresa pasa por momentos difíciles. No hay curro, no lo había antes del terremoto, imaginaros después. Aún así, debido a cierto convenio con el gobierno japonés, que bendito sea, los trabajadores recibimos un 80% de nuestro sueldo y no tenemos que ir a trabajar. Por supuesto, para cualquier español que se precie, esto es una situación idílica, paradisiaca, de cuento de hadas, pero para mi, bueno, lo es a medias. De alguna manera, tanto tiempo libre al final tiene un efecto definitivamente negativo, por lo que yo soy de los que opta por la auto-disciplina para evitar caer en la desidia y el aburrimiento.

Tal es mi autodeterminación que he decidido presentarme al nivel 3 de japonés en Julio de este año. Es algo curioso, la tendencia estos días es salir de Japón, no viajar a Japón, no importar productos de Japón, mientras el mundo sale de Japón yo me meto más y más. Estudiar japonés en estos días, para algunos, es no solo un acto de fe, sino una pérdida de tiempo que roza la temeridad más estúpida jamás concebida. Sin embargo, ese hecho, no me desalienta, es más me motiva, tan amante de las causas perdidas como soy y como no, porque tengo una deuda con Japón y con Tokio que tengo que pagar, de alguna manera.

Pues bien, el japonés es un idioma diabólico, perverso, está hecho para que te rindas, para que pienses "no puedo" y te dediques al inglés que sirve en todas partes. Es un idioma visual, de símbolos, concretamente de miles de símbolos, cada uno de ellos con diferentes lecturas, una auténtica atrocidad linguística para el incauto que desee inmiscuirse en tales conocimientos.

Para aquellos que desean empezar a estudiar japonés (nunca es tarde, yo he empezado con 32 años) lo primero que os vais a encontrar van a ser dos hermosos alfabetos, base indiscutible del idioma. El hiragana es el alfabeto amable, elegante, de formas redondeadas, la seña de identidad de la lengua nipona. El katakana, sin embargo, es el alfabeto del hombre, de formas picudas y rectas, concreto, tajante, parco, llamémoslo el "macho" de los alfabetos. El hiragana, como decía, es la imágen del japonés, se utiliza en toda palabra de origen autóctono mientras que el katakana se utiliza para palabras extranjeras (hay una cantidad innombrable de palabras importadas del inglés americano, no os hacéis una idea...). Evidentemente, hay excepciones, pero de cualquier manera, je, luego está el señor Kanji.

El señor Kanji. Se dice que para leer un periódico japonés hace falta leer y conocer con exactitud alrededor de 2.000 kanjis. Yo llevo viviendo un año y 10 meses en Japón, os puedo asegurar que, salvo en contadas ocasiones, he estudiado a diario, pues bién, yo no creo que pueda leer con soltura más de 600 kanjis. El kanji tiene, normalmente, dos lecturas, digamos, la lectura "china" y la lectura "japonesa". Lo cual no siginifica que cada kanji tenga una o dos lecturas, al contrario, algunos kanjis más que básicos pueden tener hasta 5 o 6 lecturas diferentes dependiendo del contexto. Que barbaridad eh...

Yo ahora mismo sigo un sistema. Imaginaros que el japonés es como un gran castillo, ¿vale? y hay que asaltarlo y sitiarlo, que nadie entre ni salga y que el tiempo lo haga ir cediendo. Hay que atacarlo por varios flancos. Yo ataco los kanjis primero, normalmente 10 kanjis al día es una receta sabia y no demasiado costosa, lo q se traduce a 70 kanjis por semana lo cual no está nada mal, claro que, la mayoría de veces no es tan efectivo el sistema, algunos se olvidan, hay que repasar etc. Por otro lado está el vocabulario, pero claro, las palabras, al fin y al cabo, son combinaciones de kanjis, por lo que al final dichos kanjis se suman a los que ya has estudiado antes y todo se entremezcla y se batiburrea y se lía... Para luego llegar a la gramática, que dicho en pocas palabras, es como el español, pero al revés, todo al revés. Para los linguísticos, es coger y poner primero los complementos circunstanciales, después el sujeto y después el verbo, que según en que tiempo vaya, puede ser difícil o una auténtica oda al trabalengüismo más insano que os podéis imaginar. Uno de mis favoritos es "atatakakunakatta" que viene a ser algo así como "no estaba caliente". ¡Genial ¿verdad?!

Y en esto estoy estos días. Me alegra de ver que ahora tengo no diez seguidores, sino ¡once! Madre mía, ¡en que día! ¡Los bloggeros de Japón con miles y miles de seguidores y yo con once!. Así sí que se puede escribir sabiendo que a todo el mundo le va a gustar, porque con tanto seguidor... Jo que presión ¿no? Pues a mis once valientes, muchas gracias por seguir a un humilde servidor, desde Tokio, la ciudad inmortal, マヌ君より。

PD: La imágen pertenece a la estatua que preside la biblioteca a donde suelo ir a estudiar, en Takatsu, a 5 minutos de mi casa, un lugar encantador.

4 comentarios:

  1. Yo se que tu puedes con eso y mas!! ademas para las ignorantes de japonés como yo, escucharte hablar japonés con tanta soltura es de quedarme boquiabierta y me podría pasar horas escuchándote :)

    De esos 11, yo soy la número 1, eh?
    muchos besos!!

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  2. May I be the 12th? Bravo Manolo!!! I like your blog :)

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  3. Ya ves tu xDD
    Todo un placer,ademas en estos momentos que no paran de dar malas noticias de Japón es bueno enterarse de alguna buena,y más si es de mi primo :D

    P.D:Cuando te escuhe hablar en japo estas navidades me quedé alucinado,asi que tan mal no lo llevas.Animo! ;D

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